La Senda de la Visión

Visión del ojo, visión del corazón

Mientras viajas por las Planicies Púrpura (primera región de la Senda de la Visión), serás introducido al método de Clairvision para despertar el tercer ojo. Dado que el propósito es una forma de espiritualidad no dogmática, experiencial – ve tú mismo, conoce tú mismo – tiene mucho sentido comenzar con un proceso de visión.

‘Clara–visión’ (el estilo de visión de Clairvision, o clair–vision) implica situarse en un punto de vista de conciencia diferente, fuera de la mente ordinaria. Es tanto una visión del corazón como una visión del ojo.

Clara–visión es bastante diferente de la clarividencia de los psíquicos en trance mediúmnico. En lugar de hacerte permeable e inundarte de influencias psíquicas de tu entorno, clara–visión se fundamenta en que tu energía se haga extremadamente densa y sólida, razón por la cual quienes siguen el estilo de trabajo de Clairvision raras veces tienen que preocuparse por la protección psíquica. Clara–visión no es un proceso pasivo. Más bien, es comparable a un rayo láser que dirigimos a los objetos, a fin de conocerlos.

Además, en clara–visión los visuales solo son una parte de la experiencia. Clara–visión integra estrechamente tres dimensiones: ser, conocer y ver. Puede que incluso haya clara–visión sin ningún visual: clara–visión es tanto cognición como visión. Es una experiencia que expande nuestra realidad, una forma de ‘ser más’.

Clara–visión es afín al concepto de gnosis, pues los gnósticos eran personas que ponían más énfasis en la experiencia directa que en la creencia. Asimismo es afín al sánscrito veda, ‘conocimiento’, que proviene de la raíz ved, ‘ver’, ‘conocer’. El propósito no es convertirse en clarividente, sino en vidente de la realidad.