Imágenes Musicales Clairvision

El Arma Jericó

Piso 1
3:07
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Leyenda: Filadelfia, (Descendientes)

Época: 22 años después de Sol Sangrante

Personajes: Virginia, Keerah Kent (señora X), coronel Gideon, almirante Pearson

Imagen musical: En el área espacial 55, un campo de tiro lleno de basura espacial, la señora X se ha llevado a Virginia para la última fase de su formación.

Con los ojos clavados en la pantalla holográfica, Pearson se vuelve pálido. Una extraña sensación en el estómago, como si el suelo se abriera bajo sus pies.

“Siéntate”, aconsejó amablemente Gideon. “Es bastante normal sentirse... incómodo la primera vez que se ve”.

“Incómodo...” el almirante, de cincuenta años, farfulla para sí mismo, suplicando un asiento y colapsando en él. “¡Dios mío! Dios...”, susurra. Nerviosamente, echa una ojeada a las dos mujeres. Un extraño contraste. Una podría ser su abuela, la otra su nieta. Con los ojos entreabiertos, parecen como en trance.

Gideon se pone de pie tras Pearson y posa la mano en su hombro. “Limítate a descansar en mi energía”, dice, inundando de luz el Punto de Pearson. “¡Ahora, aguanta! Están a punto de emplear más poder”.

Con lágrimas en los ojos, Pearson se encuentra estremecido.

Delante de ellos se están desmoronando los armazones de siete satélites artificiales. Su imagen se va haciendo vaga. Desvaneciéndose en el hológrafo.

No se ha disparado ningún arma – una violación total de las leyes de la termodinámica.

Pero lo que estremece a Pearson no son los visuales ni el concepto. Hay algo, algo impresionante en el aire. Un poder diferente a cualquier cosa que jamás haya podido sentir.

Mediante la conciencia, y solo con la conciencia, las dos mujeres están convirtiendo ochocientas toneladas de escombro espacial en... nada.

Arrebatado por los sollozos, Pearson se da cuenta que está perdiendo el control de los esfínteres. Sus nano-calzones se cuidarán de ello. “¡Dios mío! Esto es... Esto es...”

El arma Jericó. La que nunca tendrá el Rex.

Hasta ahora, solo la señora X había sido capaz de producir el efecto.

“Ahora, hay dos”, piensa Gideon en voz alta. Lenta, solemnemente, añade: “Están llegando los tiempos”.

Música por: Samuel Sagan

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